domingo, 20 de enero de 2008

A mal tiempo, buena cara

A mal tiempo..., no queda otra, buena cara. Si observamos el balance sobre el sector cinematográfico que el Instituto de Cinematografía y de Artes Audiovisuales (ICAA) ha realizado comparando datos del año 2006 y 2007, no podemos hablar desde una óptica optimista. (Diario Sur.es)

Define un balance negativo. Concluye con que los cines en Andalucía están perdiendo espectadores, recaudación y salas en el año 2007, fundamentalmente en Granada. Panorama similar al nacional.

A modo de ejemplo, Málaga, a pesar de contar con la cuarta posición a nivel nacional en cuanto a la afluencia de público y recaudación, cayó de los 4.726.234 millones en 2006 a los 4.412.110 en 2007. Además, la recaudación disminuyó casi un millón de euros y el número de salas, en 2007 había cinco menos que en 2006.

Y en Sevilla la diferencia de espectadores fue aún mayor entre un ejercicio y otro (442.466 menos en 2007) y la recaudación también descendió en casi un millón de euros.

Así, ante este panorama, o se van encauzando nuevas alternativas que posibiliten al sector cinematográfico ingresos desde otras fuentes y no desde las ya existentes, o mejoramos formas de gestión adecuadas a un nuevo contexto que pide otras formas de disfrutar del ocio, o creamos una política económica basada en la disminución de precios o.....

Pero el optimismo, que no se pierda, por favor.


miércoles, 9 de enero de 2008

LOS CAMINOS DE ROMA

Casi con seguridad, todos los que participamos en este master de Gestión Cultural hemos aprendido a escudriñar más, en el denominado paisaje urbano. Quiero, pues, reflejar la Roma que he descubierto estas Navidades, que no es precisamente la Roma monumental. Es el concepto de la armonía urbanística, lo que me ha impresionado. Una armonía, que respeta, por ejemplo, la altura de los edificios y no se deja invadir por el desarrollismo. Son, además, los rótulos de las calles, a modo de inscripciones romanas en piedra o las tapas de las alcantarillas con el rótulo “S P Q R”. El empedrado de las calles, -que aunque seguro, las calzadas romanas, eran más cómodas para el viandante- hace honor a los antiguos caminos que llevaban a Roma. Otro detalle que me llamó poderosamente la atención fue un Belén colocado en lo alto de un andamio, amén de las fuentes que pueblan la ciudad. La suciedad no es de acumulación -como diría Félix Escrig- sino de Historia y la decadencia es bella. Esto demuestra que no es sólo el patrimonio monumental lo que ha de preservarse, sino la fidelidad a lo permanente. Quizá por ello Roma es la “ciudad eterna” y quizá por ello, Sevilla está perdiendo el anclaje en su pasado para no ir a ninguna parte.